jueves, 26 de marzo de 2020

El perro comprado

Este era un perro muy fiel que no tenía dueño. Pero como no tenía dueño, no podía ser
fiel a nadie, así que decidió buscarse un amo al que servir y serle fiel. Eso era lo que
más deseaba.

Se colocó el perro en una esquina muy transitada a ver si algún amo o ama se fijaba
en él y aceptaba sus servicios y su fidelidad.
Pero la gente pasaba a su lado apresurada y preocupada y no se daba cuenta de su
presencia. Y los pocos que lo hacían, lo miraban con disgusto y exclamaban:
—¡Huy, un perro abandonado, sin dueño!
—¡Un perro de la calle, nunca lo adoptaría!
—¡Un perro sin familia conocida!

En vista del fracaso, el perro decidió seguir al transeúnte que le pareciera más adecuado
para ser su dueño y continuar detrás de él hasta que aceptara su compañía.
El primero fue un hombre muy importante que, antes de entrar en un restaurante de
lujo en el que no admitían perros, le dio una patada y lo obligó a largarse.

El segundo era una viejecita amable, que llamó al servicio de recogida de perros
abandonados del ayuntamiento para que se preocuparan del perro perdido. El perro
huyó despavorido antes de que llegaran los guardias.

Y el tercero fue un chico que se agachó para acariciarlo y preguntarle si quería estar
con él, si quería ser suyo; pero sus padres se enfadaron al darse cuenta de que se
paraba en la calle para hablar con un perro y le obligaron a levantarse enseguida y a
seguir a su lado haciéndoles prometer que nunca más tocaría a un perro de la calle.

El perro se quedó muy triste, porque aquel parecía un buen amo. Pero al poco rato del
encuentro el chico volvió, esta vez solo, lo recogió en un gesto rápido y, mientras lo
llevaba corriendo a una tienda de animales de compañía, le explicó que obedeciera sin
rechistar todo lo que le ordenara el dueño del negocio, que confiara en él, que se había
escapado un momento de un restaurante cercano con la excusa de ir al servicio.El dueño lo lavó y lo cepilló en un momento, lo arregló bien, le puso un collar de
terciopelo en el cuello y lo colocó en el escaparate de la tienda, con una caseta al lado,
rodeado de espigas verdes.

Al poco rato pasaron por delante de la tienda la familia antipática y el chico amable, y
el muchacho hizo detener a sus padres ante el escaparate para admirar la belleza del
perro expuesto. Dijo que quería ese perro de regalo, que era lo que más le apetecía
del mundo. Que así ya no querría llevarse a casa los perros de la calle. Los padres
accedieron encantados, y así fue como el perro perdido halló un amo que merecía su
fidelidad.

Los padres dijeron:
—Para conocer bien el precio de las cosas, lo mejor es comprarlas.
El chico le dijo al perro:
—La amistad es libre, no se compra ni tiene precio. La encuentras y la aceptas
libremente.

Y el perro pensó:
—Este chico ha luchado por mí y yo lo acepto como amo y le seré fiel sin límite alguno.


Emili Teixidor. Cuentos de intriga de la hormiga Miga. Editorial SM.
  1. El perro de esta historia desea tener un dueño. ¿Qué procedimientos utilizó para encontrar ese dueño?
  2. ¿Qué procedimiento fue mejor?
  3. ¿Por qué la gente miraba con disgusto este perro callejero?
  4. ¿Cómo eran las tres personas a las que el perro siguió?
  5. ¿Por qué crees que el perro huyó despavorido cuando la viejecita llamó al servicio de recogida de perros abandonados del ayuntamiento?

Un poco de mate...

1. Escribe el número decimal que corresponda:

4/10= 0,4
50/100=
0,6/100=
98/1000=

2. Escribe en forma de fracción:
0,3=
4,6=
5,61=
4,50=
8,05=

3. Ordena de mayor a menor.
2/6, 4/8, 5/3,4/4


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